Cuando en 1830 el poeta A.S. Puixkin se dirigía a Moscú, donde le esperaba su promesa, encontrar cerrada la entrada a la ciudad para cuarentena debido a una epidemia de peste y se vio confinado durante todo el otoño en la propiedad familiar de Bóldino, en el sureste de Nizhni Nóvgorod.
Aquella estancia en Bóldino resultó extraordinariamente productiva. Entre otras obras, allí nació un ciclo de cuatro miniaturas teatrales, conocidas como «Pequeñas tragedias»: Mozart y Salieri, El invitado de piedra, El festín en tiempos de peste y El caballero avaro.
Se trata de cuatro obras traducidas al catalán por Helena Vidal, obras de contenido filosófico y psicológico entorno de tipos literarios universales, en diálogo con las versiones europeas anteriores sobre el tema correspondiente; el hilo conductor es el análisis de una pasión y el enfrentamiento entre una figura paterna y una de filial.
La envidia como pulsión que acaba empujando al asesinato; el amor que provoca la rotura de las normas de comportamiento ético impuestas por la sociedad; la rebelión, el instinto del riesgo, la provocación sacrílega; y la avaricia que provoca la confrontación entre padre e hijo ... son las pasiones que flotan en las páginas de estas «pequeñas tragedias»
Más allá de morales, filosofías e interpretaciones, invitamos al lector que se deje seducir por la elegancia, la ligereza, el laconismo y la profundidad de reflexión que se esconde en el fondo de las escenas y palabras aparentemente más simples. Que, en definitiva, se deje seducir por Puixkin.