El amor y el erotismo confluyen a Silencis d'arena nua ..., un poemario en el que se entrelazan dos voces poéticas la de Lluís S. Bosch y la de Ernest Pibernat que comparten las mismas inquietudes y emociones. A menudo los silencios expresan de manera preclara los sentimientos más profundos y las palabras nos evocan paisajes íntimos, cercanos, tozudamente queridos, manchados, y a veces, de un deje erótico, amable y sensual.
El amanecer, la noche y el mar son el universo donde se enmarca esta aventura lírica que se puede leer como un cancionero amoroso, reflejo de experiencias íntimas andamios a través de un juego de espejos caleidoscópicos. Asimismo, Silencis d'arena nua ... nos invita al juego lingüístico mediante una serie de palabras, remarcados de manera expresa, y que acaban componiendo la composición final escrita a cuatro manos.
Los poemas se enlazan con las ilustraciones de Sara Salip que nos remiten a la tentación, al deseo, al amor entendido no sólo como un sentimiento, sino como un pecado silenciado, dulce y voluble en que la manzana se convierte en el espejo de las palabras.