En el libro Una casa en Cadaqués, Jaume Medina recoge la crónica de los homenajes que, con motivo del sexagésimo aniversario del poeta, se rindieron a Carles Riba en Cataluña -a Cadaqués y en la Casa del Libro de Barcelona-, en España y Francia, donde le se le concedió la Legión de Honor, y que tuvieron la culminación en el obsequio de una pequeña casa de pescadores en Cadaqués. Esta ofrenda fue un hecho insólito, en un país más dado a los reconocimientos simbólicos que a los materiales, y aún más en ese momento, en que el franquismo tenía aniquilada la cultura y la lengua catalanas.
«Siguiendo el ejemplo ético y estético de Carles Riba, una generación de jóvenes escritores cultivó las flores de la literatura en los márgenes aquellos años de indignidad. Y quisieron dejar testimonio del afecto y el respeto que le tenían. La mayoría de aquellos jóvenes (Manent, Triadú, Garcés, Romero, Leveroni y Bofill i Ferro) se reunieron con editores y amigos el día 30 de agosto de 1953 en Cadaqués. También se añadieron unos cuantos maduros de relieve: Pla, Sagarra y Foix. Le tenían una admiración tan grande, al "maestro Riba", que le regalaron una casita del barrio de los pescadores. Una casa blanca y sencilla, con una terracita con geranios, desde donde se veía al mar. La casa todavía existe y está en la calle de la Amargura. Un nombre que califica con mucha precisión la vivencia de aquel tiempo. »
Antoni Puigverd