Un texto breve pero de una enorme densidad que se adentra en los claroscuros emocionales de Audre Lorde, una poeta y militante feminista afroamericana, nacida en el barrio de Harlem de Nueva York y diagnosticada con cáncer de pecho del 1978, a la edad de cuarenta y cuatro años. En él, Lorde muestra el abatimiento y el dolor físico, el terror ante la muerte, así como las chispas de esperanza y las alegrías cotidianas que no son tratadas por el discurso médico pero que, sin embargo, conforman una parte esencial de la vivencia de la enfermedad. Asimismo, el texto pone sobre la mesa la dimensión política del cáncer de mama y es muy crítico con la manera que la sociedad tiene de gestionarlo.
Después de que en 1980 se publicara el libro que ahora presentamos por primera vez en catalán con introducción y notas de Caterina Riba, -una amalgama de extractos de dietario, versos, discursos y ensayos imbuidos de una gran fuerza poética-, Lorde recibió numerosas cartas de todo el mundo para agradecerle que hubiera dejado escritas sus vivencias. Si el texto tuvo tan buena acogida, fue porque no ofrecía un patrón cerrado de cómo había que afrontar la enfermedad, sino que mostraba que hay tantas maneras de hacerlo como personalidades y circunstancias vitales, y legitimaba así otras mujeres buscar su propio camino.
Muchas de las lúcidas reflexiones de la autora no han perdido vigencia en absoluto y están bien lejos de ser resueltas.