Josep Sebastià Pons (1886-1962) se había definido a sí mismo en alguna ocasión como un hombre que anda. Y, en efecto, era así. Desde su Isla natal, había recorrido los Rodrigones roselloneses ―territorio mayor dentro de su obra poética y narrativa― en frecuentes paseadas, atraído por la beldad de una ermita o un oratorio o por una natura encara no malograda, donde iba siguiendo el rastro de los antepasados. Y, desde aquí, se había adentrado por el Vallespir, el Conflent y la Cerdaña, para cruzar la sierra de la Albera y pasar en las comarcas sur-catalanas del Ampurdán, la Garrotxa y el Ripollès.
En este libro Miquela Valls y Eusebi Ayensa nos invitan a hacer una ruta literaria de la mano del primero grande escritor norte-catalán contemporáneo.
Juny 2024