El 13 de agosto de 1968, un joven militante de izquierdas, Aléxandros Panagulis (1939-1976), era arrestado por la policía acusado de preparar un atentado contra Iorgos Papadópulos, el jefe de la Junta Militar que había ocupado el poder en Grecia por medio de un golpe de estado un año antes. La defensa de sus convicciones desde una celda que habían construido específicamente para él, como si fuera una tumba en vida, convirtieron a este ingeniero de formación en poeta. Muchos de sus poemas, inéditos hasta hoy en catalán, fueron escritos en las paredes de su celda con la sangre que le chorreaba de las heridas causadas por las terribles torturas a las que era sometido casi a diario. Su obra constituye, pues, un testimonio ejemplar de resistencia humana, que, más allá de su propia experiencia como preso político, sigue despertando la compasión y admiración de todos los demócratas.
La traducción al catalán y las notas corren a cargo de Antoni Piqué y Eusebi Ayensa