Los ochenta y siete cantos que conforman los Himnes Òrfics escritos por Pere Suau han sido tradicionalmente atribuidos a Orfeu, personaje de la mitología griega clásica que con sus extraordinarias dotes musicales y su canto seducía el cuerpo y el alma de quien le escuchaba .
Los Himnes ponen ante el lector toda la exuberancia y esplendor de un mundo no domesticado, engalanado con un paganismo no regulado, el hermoso rastro de épocas anteriores donde todavía no se había establecido la regulación religiosa por medio de la escritura. Expresan, sin embargo, la exuberancia, la belleza y la maravilla de un mundo no contaminado todavía por la mirada racional y supuestamente superior del «hombre moderno». Este mundo no descifrado racionalmente es un mundo mágico, fastuoso, ubérrimo; es decir, la pura celebración de la alegría de los sentidos.
«El resto es tiempo y dedicación, siempre desde la sumisa admiración por unos textos, los Himnes Òrfics, y una lengua, el bello catalán con el que he aprendido a amar el mundo que nos rodea. El resultado final son estas interpretaciones de los Himnes Òrfics que ofrecemos a los lectores y lectoras y que quieren ser, en definitiva, un modesto homenaje al mundo griego arcaico, siempre suntuoso y floreciente, y también a nuestro catalán, delicado y arrauchado, ya la vez, exquisito y vehemente.»
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